Estela de Duesos
Jose María Uncal
José María Uncal nació en Caravia Baja el 20 de mayo de 1902. Hijo de Ángel y Veremunda, estudió en la escuela de Caravia hasta que a los 14 años emigró a Cuba.
En La Habana vivió con la familia Cuervo, también de Caravia, quienes lo mandaron a las clases que por aquel entonces se impartían en el Centro Asturiano. Fue en esta ciudad, donde gracias a esos estudios y a su afición por la lectura desarrolló su vena literaria, poesía sobre todo. Trabajó en varias publicaciones del momento como por ejemplo en la revista "Bohemia" o en el "Diario de la Marina" en el que, por cierto, fue redactor jefe.
A su regreso a España, hacia 1924, trabajó en Oviedo, donde creó una imprenta y trabajó para el periódico "Región". Fue amigo íntimo de Evaristo Casariego y juntos escribieron una obra de teatro: "El Halcón".
Ya en Madrid, trabajó en el diario "El Sol". Fue en la capital de España donde pasó la Guerra Civil y conoció a su esposa Victoria Jiménez de Cisneros, madre de sus tres hijos: María Ángeles, José María y María (todos ellos con casa en Caravia Baja).
Aunque vivió en Madrid, él soñaba con el mar y así lo demostraba en sus obras.
Juan Antonio Cabezas, periodista y literato asturiano dijo de él: «Uncal, anclado tierra adentro, escribía siempre mirando hacia el Norte, cara y alma vueltos hacia el trémulo horizonte de agua y cantiles de su Caravia soñada»
Su pluma incansable nos deja obras como Fronda silente, Poemas cantábricos, Los Argonautas (antología de poetas españoles florecidos en Cuba), El hombre de la pipa, Rumbos soberanos, Barro, La ruta de Cipango, Umbrales rojos, Diez velas sobre el mar, Tajamar, Umbrales rojos o El brindis de los tres capitanes, entre otras. Pero su familia guarda muchas otras que no llegaron a publicarse, sin duda un verdadero tesoro.
Jose María Uncal falleció en su casa de Caravia el 20 de enero de 1971.
María Balbín de Rodríguez
María Balbín Fernández, nacida en Caravia en marzo de 1877, fue maestra y escritora.
Nació en una familia humilde pero gracias a su hermano Urbano, emigrado a cuba, que la ayudó económicamente pudo trasladarse a Oviedo para comenzar sus estudios como maestra.
En 1911 contrajo matrimonio con Enrique Rodríguez González, profesor de talla de madera en la Escuela de Arte de Oviedo, y desde entonces comenzó a utilizar su apellido.
María Balbín de Rodríguez fue narradora, poetisa, dramaturga, ensayista, conferenciante y articulista. Colaboradora en periódicos y revistas, como El Porvenir, El Carbayón, La Democracia, El Baluarte, La Revista de Covadonga, La Revista de Asturias en México, Arte y Letras, también colaboró en La hora del niño, de Radio Asturias.
En 1930 publicó su primera obra titulada Añoranzas, que contiene dos relatos en bable El fiu pide´l retratu y El Ñuberu y una en castellano Los niños huérfanos.
* De su niñez y formación intelectual nos da José María Uncal las siguientes noticias: "Hija de humildes labradores, a la edad de doce años, y protegida por un hermano residente en Cuba, comenzó a estudiar la carrera de maestra en la Escuela Normal de Oviedo. Apenas comenzados los estudios, demostró gran inteligencia e intuición para ellos, aprobando en solo dos meses el primer año de carrera. Conseguido el título de maestra superior, su vida ha sido una lucha a brazo partido, rodando de escuela en escuela por distintos pueblecillos de Asturias, siempre estudiando - a la vez que intuición una labor educadora - para conseguir ascensos y recompensas en la profesión, ascensos y recompensas que goza gracias a su ímprobo trabajo. Actualmente (1933) regenta una escuela en Oviedo."
Fuentes consultadas: *españolisto.es, Biblioteca Virtual de Asturias, Wikipedia, otros...
Aurelio de Llano Roza de Ampudia
Nacido en hogar de hacienda venida a menos ante la muerte de su padre cuando tenía diez años, realizó los estudios primarios en la escuela de su pueblo. A los diecisiete se trasladó a Oviedo con su madre y hermanas.
Tras hacer el servicio militar en Madrid, cursó los estudios de la Escuela de Capataces de Minas, Hornos y Máquinas de Asturias, en Mieres. En 1898 obtuvo el título de capataz de minas, lo que le permitió trabajar en varias fábricas asturianas y ejercer la profesión de constructor de obras, alejada del mundo de las letras, pero le proporcionó una buena posición económica y favoreció su conocimiento de toda Asturias. Durante su juventud fue un activo propagador del socialismo en sus inicios: participó en la Agrupación Socialista de Oviedo como redactor del periódico Primero de Mayo (1891); junto a Francisco Cadavieco, Eduardo Varela y otros, intervino en un mitin celebrado en el teatro Jovellanos de Gijón (4 de marzo de 1893); proyectó el edificio del Centro de Sociedades Obreras de Oviedo que se inauguró en 1907. Esa temprana vinculación a la política pronto dejó paso a su vocación asturianista.
Aunque comenzó a publicar, a partir de 1903, en los diarios El Carbayón y El Correo de Asturias artículos sobre temas científicos de su especialidad, a partir de 1916 orientó sus investigaciones hacia la arqueología y la etnografía regionales. En el primero de esos campos destacan las excavaciones que hizo en la iglesia de San Miguel de Lillo y en el castro de Caravia, que recibieron sendos elogios de Lampérez y de Bosch Gimpera.
Mantuvo una frecuente relación epistolar con Ramón Menéndez Pidal, lo que favoreció la calidad de sus publicaciones etnográficas, donde recoge romances, leyendas, costumbres, cuentos, canciones o el vocabulario de determinados oficios, como el de los tejeros de Llanes con su xíriga, los caldereros de Miranda (Avilés) con su bron, y los cunqueiros de Ibias y Degaña con su tixileira (de tixela, “escudilla”). Dotado de unas dotes narrativas excelentes, aparte de los cuentos o romances que recogía de sus informantes, escribió obras como Bellezas de Asturias, o la crónica de la Revolución de 1934, cuando estaba alejado de ópticas partidistas.
Junto al conde de la Vega del Sella, el marqués de la Rodriga y Juan Uría, proyectó en 1918 el Centro de Estudios Asturianos, del que fue su primer presidente, inaugurado en 1921, institución precedente del Real Instituto de Estudios Asturianos. Fue delegado regio de Bellas Artes en la provincia de Oviedo (1919), académico correspondiente de la Real Academia de la Historia (1919), de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1921), de la Real Academia Española (1922), y de varias Academias extranjeras: Real Academia de las Ciencias, Bellas Letras y Artes de Burdeos, del Instituto Arqueológico de Berlín, etc. Mantuvo relaciones con intelectuales como Ramón Menéndez Pidal, Manuel Gómez Moreno, Elías Tormo, Hugo Obermaier, Fritz Krüger, y otros.
Fuente: Real Academia de la Historia.